martes, 2 de agosto de 2011

Noche, noche y más noche. Otra noche?

Anoche me propuse echarme y describir, todo lo que gira alrededor mío.



Anoche sentí la emoción de una llamada al nextel, así sea sólo para no hablar, la emoción quedó grabada.


Anoche sentía que la vida ya no pensaba más en mí y que quizá deba preocuparme menos en vivir y dejarme llevar por cualquier cosa que arraiga el destino.


Anoche extrañé, amé y lloré, anoche lo logré, sentí y vibré.


Le dije a la soledad sus verdades y parte de ellas: mis incomodidades.


Anoche reclamé, exploté y pensé en ti.


Que quien sabe en qué momento..


Sé que lograrás leerlo y saber cómo y de qué forma te necesito.


Anoche te imploré volver a mi lado aunque en silencio (sólo para probar la conexión dicha entre ambos).


Ojalá te haya llegado al menos el 10% del mensaje.


Anoche pedí que sólo seas para mí y que no se atreva ninguna mala persona siquiera en pensarte algo malo, porque la buscaré hasta donde vaya a vengar algún lamento tuyo.


Anoche miré y hable con la luna, recordándole cada momento infinito junto a ti y cómo logró encontrar un fin.


También le comenté el delicioso sabor de tus besos, la suave sensación de tu respiro, la bella percepción de tu mirada hacia mi alma, la serenidad imprescindible al oírme y la inquietud que dejabas al tocarme.


Anoche fue una noche muy tranquila y de las que no me esperaba en este Agosto.


Anoche te sentí nuevamente conmigo, pero la realidad volvió a llevarte contigo.


Sueña conmigo esta noche y otra más.

La noche era normal, tranquila, sin esperar ya casi nada, sólo era una noche más.


Miraste hacía mí y volviste, nos besamos, jugamos, miramos, nos amamos…


No iba a ser la noche común y amarrada y se convirtió en una de las especiales, sé que no te quería más en mi vida pero hay algo en nuestros cuerpos, en esta noche enloquecí y me volví fina, soñamos juntos, abrazados, como si ya no existiese más mundo que nosotros y más amor que el de aquellos que se unieron en el inspirador segundo de la media luna.


Sí, fingí no amarte, fingí olvidarte pero con toda mi alma te extrañé, te necesité, te quise nuevamente mío, y nos convertimos en dos amantes nocturnos, como los de antes, nos perdimos en las estrellas y la noche, nuestro amor y la pasión, ganó al orgullo.


No pude olvidarte más, inundaste mi vida con extracto de sensualidad y ambrosía.


Mañana probablemente volverás, esperaré por tí en el sur.


Y ya no me sentiré la única perdida del humor, pienso en mí y no siempre es como tú lo deseaste, siento que regreso siempre a ti y a los amoríos que vivimos, pudimos sentir amor y odiarnos a la vez, pero únicamente sabes que lo nuestro no podrá morir por que sólo lloró una pequeña pérdida y volvió, acá anda de la mano con todo lo que vino.


Deseé no desearte jamás pero el impulso pudo más, VOLVÍ, a los recuerdos honestos del pasado y suelo recordar todos nuestros dolores y todo lo que logramos ver, también deseo cumplir lo que prometimos, a él.


Toda la fragilidad de nuestro ser se fortaleció con el tiempo transcurrido, todo volvió a ser mejor, sólo anhelo el mañana, verte y amarte nuevamente, como anoche, como esa simple noche en la que todo cambió, en la que te ví y nos pudimos tocar, como en esos sueños que anhelábamos estar.


Amaré tu instinto desde el primer día que lo sentí, tienes esa habilidad para entregar lo más feroz de tu ser, lo que por mucho tiempo no dejamos ver pero deseamos tener. .