domingo, 20 de diciembre de 2015

Relato de una piedra

Quizá resulta que ya lo tengas todo, quizá en esta vida lo hayas conseguido casi todo, todo lo
que quisiste, todo lo que soñaste, todo lo que hasta ni imaginaste y te toco vivir una etapa en parte de tus días y de tantos días que ya vas celebrando, vas amando.
Quizá pasas por la vida equivocándote y cometiendo algunos errores pero nadie te juzga y no seré obviamente ni la primera ni la última en hacerlo, solo que en el camino puedes encontrarte con piedras, y a veces resulta que esas piedras puedan llegar a tener sentimientos o quizá encontrar en ti lo que no encontraron en ningún otro lugar; son piedras que a veces nos fortalecen y nos hacen tan feliz que se confunde el amor con la gratitud.
Hay piedras que se convierten en esponjas de tanta suavidad que logras convertir en ellas.
Hay diferentes tipos de piedras pero mis preferidas son esas irrompibles, aun no tengo idea si existe la que este creada para ser invencible contra todo; esa sería mi favorita, sería mi identificación en un elemento.
Normalmente la demás se rompen con la fuerza, se rompen con sustancias, hasta la misma agua las traspasa y luego son tan débiles que su coraza se va, se esfuma, milagrosamente ya no está.
Por eso te escribo hoy para decirte que aclares tus nubes, pienses en los tuyos, también en los que no son tuyos pero pretenden serlos y en los que amarían ser tuyos, por como eres, por como te encariñaste y fue tu trato y bondad hacia ellos.
Ten cuidado porque normalmente pasamos la vida tropezando con tanto y sin darnos cuenta acumulamos de a pocos tantas lágrimas de otros hacia nosotros y cuando  finalmente encontramos a la persona correcta, a esa que nos hace y haría toda su vida feliz ya no podemos serlo o simplemente existen limitaciones, existen tantas cosas que te dan un alto en esa alegría y sufres sonriendo por ratos o simplemente debes renunciar, por quizá el daño que sin querer causamos en el pasado, por esas lágrimas, esa sal que te maldice y detiene tu felicidad y hace que pienses que el amor es sufrimiento o que nada es perfecto en esta vida, pero no es así. Somos nosotros los que creamos y nosotros mismos recibiremos.
Por eso te digo esta noche sin luna; es imposible creer que no te equivocarás o experimentarás en esta vida y que aun te sobra tanto por aprender, sería injusto y egoísta creerlo así.

Sólo intenta calcular cada movimiento, cada detalle, cada palabra que salga de ti, cada actitud que te pueda enterrar poco a poco y luego no sepas como salir; dale un beso siempre a los que amas y nunca descuides a los que te aman porque quizá esa es la parte más difícil de justificar.

viernes, 22 de mayo de 2015

Mañana es otro día

Quizá fue uno de los peores días de mi vida, de esos que desde que despiertas sientes que no vale la pena haberlo hecho.
Fue un día muy caluroso y frío a la vez.
Apenas abrí los ojos sabía que mi estómago se había transformado en el de un dinosaurio. Quería comer todo lo que veía alrededor y sabía que eso no era nada bueno para mi silueta. Igual transcurrían las horas y cociné el puré de patata que tanto te gusta y había quedado en comerlo con Bob. Un viejo amigo que está en mis mejores momentos y me consuela en aquellos que no puedo ni conmigo misma.
Hace algunos días nos vimos y prometí invitarle su plato favorito, por cosas del destino no pudimos vernos y eso me hizo extrañarlo. Los años y la compañía pueden hacerte acostumbrar hasta a lo más prohibido. Pero bueno pasa en cualquier circunstancia.
Llegué a comerlo sola y lo disfruté de maravilla así que no me quejo porque suelo hacer el verídico, al menos para mí.
La verdad es que nunca deje de comer desde que desperté, vinieron algunas galletas, abundante leche y té verde que me encanta. Luego el cereal infaltable, algunos dulces, avena, etc.. Jamás comí tan descosidamente pero algún día me tocaría. Llegó la tarde y quise salir un poco a pasear a Memé mi perrita Golden que amo y es mi vida.
Anduve por el parque que queda cerca de mi casa jugando con ella hasta que llegó mi momento de reflexión y no soporte la carga de todo el día, me eché a llorar. Nadie miraba, nadie estaba alrededor de cada paso que daba pero aun asi lograron aparecer dos amigas, madre e hija. Cansadas de alguna caminata de las que provenían, inmediatamente se dieron cuenta de mi cara afligida y conversamos un momento, sentí que me liberé un 10% de todo lo que sentía; un peso enorme de impotencia y ansiedad, no poder hacer nada al respecto en cualquier tema que se pueda presentar.
Sé que aún no llego al borde de la crisis, ni la locura podría conmigo pero de todas formas me dejo llevar por que cada pensamiento que pueda tornarse tiene un fin y ese fin debe justificarse con una acción.
Regresé a casa, mi madre llamó para hacer compras para la semana “más comida” no way!
Comí grasas, porque eso pedía mi cuerpo, así después me haya arrepentido durante hora y media pero ya probablemente debe estar siendo procesada tranquila y felizmente para ser eliminada y alegre, como lo fui al devorarla.
Cogí mis trapos y llegué a mi cuarto, que es donde escribo mi descargo, andaba por las primeras líneas cuando de pronto recibo una llamada, era él. Era Bob, saludando y haciéndome sentir mejor, sacándome una sonrisa con sus ocurrencias y cada detalle al hablar, que siempre supo alegrarme, incluso desde mucho antes cuando existía el Messenger y conversábamos por webcam a altas horas de la madrugada con insomnio y con mucho cariño presente. Esos son los bellos recuerdos de él, mi amigo Bob.
Cortando casi media hora de una charla larga y tendida me di cuenta que ya mi llanto había cesado, ya ni ganas me daban de seguir derramando sal en mis mejillas.
Mi todo había cambiado y le agradecí.

Tome un respiro mojando un poco mi rostro y volví a sonreír. 

Nunca más, depredador.

Hoy es una de esas noches en las que siento que debo (con firmeza y esmero) escribir este pequeño fragmento sobre mis pesares. Sobre el transcurso de mis días que se complica más con las horas.
Confieso que desde que amaneció fue un día crucial para mí. Apenas desperté sentí que debí llorar. Anduve muy sensible por todo y no dejaban de caer mis lágrimas con cada emoción o sensación presentada.
Es muy poco usual que me sucedan este tipo de cosas ya que me considero una mujer muy fuerte y en muy pocas ocasiones (casi ninguna) me quiebro ante algo.
Amaneció y sonaba el cantar del gallo de un vecino (que aún no descubro de donde es) pero, mi habitación, al tener vidrios hacia la calle, la claridad suele ser HQ a las 5 am.
Aún estaba en cama intentando apropiar mi tibio cuerpo ante el frío de las mañanas (así sea verano). Me levanté a beber un poco de leche como mis tradicionales mañanas y leí un libro de inicio a fin que me llevó 4 horas de mi día.
Necesite con carácter de urgencia entender muchas cosas y aclarar dudas que obtuve desde que te conocí. Al azar y únicamente por el título, me acerqué al pequeño librero de mi habitación y me cayó como anillo al dedo.
Al terminar ya era casi hora de almuerzo, así que tome una ducha relajante, me eché un perfume de flores con esencia cítrica y llegué al trabajo de mi madre; a almorzar con ella como me encanta hacerlo cada vez que puedo.
Luego al regresar a casa me sentí muy cansada (sin razón alguna) y decidí tomar una siesta. Quizá mi cuerpo presentía algo, quizá me estaba preparando para algún tipo de impacto el cual desconocía la magnitud.
Descansé apenas mi cabeza tocó la almohada y al pasar de las horas, desperté.
Ya casi anochecía, me sentía incómoda al haber dormido horas con ropa ajustada. Decidí usar algo ligero e ir por algo de bebida.
Ya al regresar sentí mucha presión en el pecho y sin algún motivo decidí indagar sobre tu vida en internet.
Mucho solía decirme mi madre “El que busca, encuentra”. Pero no contó con que llevo los genes perseverantes y atrevidos de mi padre y la búsqueda continuó.
El internet te ofrece un sinfín de cosas tanto falsas como ciertas. Busque en más de 20 páginas sobre ti, análisis de estudio, redes sociales, fotos de promoción, casos jurídicos, datos personales, entre otros.
Pronto llegue al final de la cuerda y encontré mucho más de lo que esperaba. Al comenzar a leer las primeras 10 paginas era increíble todo lo que habías logrado y confirmaban muchos datos tuyos, inclusive tus números de identidad. Hasta que llegué a un par de nombres tuyos que no coincidían en lo absoluto. Uno de ellos ya lo había escuchado pero y el otro?
Aquel que ventilaste al conocerte?
Raramente no existía, eras quien no suponía.
Conocí a un fantasma en un día y al darme cuenta, te creí. Creí en cada detalle de tu fantasía. Viví engañada de noche y de día. Te llamé por un nombre que no debía. Y realmente quien eras?
Quien era ese galante y apuesto joven que parecía llevarse bien con mi compañía?
Cerré la laptop y me cambié de prisa. Salí corriendo a fumar un cigarro en plena noche fría y calmar mis sentimientos perdidos. Con ansías de saber qué rumbo tomar y que decisión ejercer.
No podía imaginar que algo así sucedería, yo que tanto me cuidé en la vida para que un mosquito irreal y anónimo apareciera llevándose también mis días…
Han pasado algunas horas desde la noticia. Me siento cansada, aunque más tranquila que antes, pero aún anonadada.
Tuve mucho miedo y tomé la mejor decisión. Borrar tu historial de mi vida, añorando recuerdos de sonrisas y tardes embriagadas de alegría.

Esperando algún momento y lugar no volverte a cruzar jamás...

martes, 17 de marzo de 2015

Huyendo del caos

Apenas despierto de unos días muy agitados, hace poco comencé a entender que no se vive de residuos ni de penas.
Anoche esclarecía mis sentimientos, y notaba que no todo era el color rosa que fingimos aquellos meses.
¿Qué puedo hacer para descansar tranquila sin pensar que fallé?
¿Pero en realidad fallé?
Son momentos en los que me arrepiento de algunos estados sentimentales y recuerdo que no fui del todo la mejor, aunque sin embargo soy consciente que tampoco logré ser la peor.
Comencé a analizar lo que alguna vez te dije, recordándote que lo que empieza mal termina de igual forma, pero aun así nuestra juventud rebelde en algún aspecto nos hizo querer seguir intentando por alguna razón. Específicamente supongo que por la ilusión y el capricho en querer dar la contra a todo solo para demostrar que podemos. No siempre siendo así.
Normalmente no podíamos, estábamos contra un batallón de problemas y personas de las cuales lamento cada comportamiento y palabras, que supongo en su ignorancia; dijeron.
Incluso intentamos fortalecer aquella unión, esperando que suceda un milagro y Dios nos bendiga con un regalo, que creo al final que si no nos lo obsequió fue por algún motivo.
Del cual nos quejamos tanto, pero no imagino como habría sido sobrellevado con tanta carga de maldad recibida. Supongo que de igual forma no habría llegado a su etapa.
Sufrimos y lloramos tanto, esperábamos más de todo. Pero al final éramos conscientes que no dábamos nada.
A veces creo que en el fondo si pudo haber una esperanza, una pequeña llama que se apagaba pero podía renacer con algo de intención. Pero la vida no se queda en intención, te imaginas a nuestras madres querer dar a luz y no hacerlo? No se daría nada y no completaríamos nuestra etapa.
Creo que sabes perfectamente que ya escuchar promesas no me hacen ni cosquillas, logré aprender tanto; a las buenas como a las malas pero no me arrepiento. Si no, dudo que ahora dure tan poco en una relación de ensueño, ya nada me sorprende. Creo que muchos imaginan que prometiendo van a embobarme pero, eso, ahora, a mi corta edad, me cansa. No es ni la primera, ni la última y creo que el amor de tu vida es esa persona que te sorprende día a día con algo nuevo en el cual logras mantenerte distraída y no confundida.
Mis noches son las mismas a excepción que al dormir te vuelvo a ver, tan inocente y sumiso.
Ando tranquila y por eso no desespero en poder regresar a lo que para mí en parte y creo muy importante, fue un tormento. Pero algún día todo se aclarará, y lo último que podré querer será disculpar.
Imagino lo duro que será para ti, estar entre la espada y la pared. No sabiendo que decisión tomar o como mantener ambas cosas a la vez, pero no se tiene dos cosas en la vida, a excepción que se lleve en armonía, pero supongo que en la otra parte desconocen totalmente esa palabra.
Siempre quisiste a un ser que jamás fui e intentaste cambiarme de mil modos, ahora me sorprende que me aceptes con tanto errores y decepciones habidas y por haber supongo.
Supongo que después de todo se convirtió en capricho y así nos olvidamos que existe otra cosa como el amor hacia otra persona y el dar todo, el luchar, que en realidad nunca se dio. Pero comprendo que en tus circunstancias, era imposible.
Por eso ahora entiende si me quiero alejar y no seguir cayendo en el lodo.
Aún mantengo mi promesa que en un par de años volveré a verte. A ver como siguió todo, si aún vives en esa ciudad, si aún mantienes aquellos gustos en particular, si todavía queda algo por mejorar, o si de repente solo necesitamos conversar y olvidar.

Mereces lo mejor y con eso tu paz, cuando la encuentres verás que la mala no fui yo. Simplemente te hice un favor al abrir tus ojos y dejarte entender.

miércoles, 7 de enero de 2015

Embriagados de alegría hasta que lloré.

Hoy es una de esas noches en las que siento que debo (con firmeza y esmero) escribir este
pequeño fragmento sobre mis pesares. Sobre el transcurso de mis días que se complica más con las horas.
Confieso que desde que amaneció fue un día crucial para mí. Apenas desperté sentí que debí llorar. Anduve muy sensible por todo y no dejaban de caer mis lágrimas con cada emoción o sensación presentada.
Es muy poco usual que me sucedan este tipo de cosas ya que me considero una mujer muy fuerte y en muy pocas ocasiones (casi ninguna) me quiebro ante algo.
Amaneció y sonaba el cantar del gallo de un vecino (que aún no descubro de donde es) pero, mi habitación, al tener vidrios hacia la calle, la claridad suele ser HQ a las 5 am.
Aún estaba en cama intentando apropiar mi tibio cuerpo ante el frío de las mañanas (así sea verano). Me levanté a beber un poco de leche como mis tradicionales mañanas y leí un libro de inicio a fin que me llevó 4 horas de mi día.
Necesite con carácter de urgencia entender muchas cosas y aclarar dudas que obtuve desde que te conocí. Al azar y únicamente por el título, me acerqué al pequeño librero de mi habitación y me cayó como anillo al dedo.
Al terminar ya era casi hora de almuerzo, así que tome una ducha relajante, me eché un perfume de flores con esencia cítrica y llegué al trabajo de mi madre; a almorzar con ella como me encanta hacerlo cada vez que puedo.
Luego al regresar a casa me sentí muy cansada (sin razón alguna) y decidí tomar una siesta. Quizá mi cuerpo presentía algo, quizá me estaba preparando para algún tipo de impacto el cual desconocía la magnitud.
Descansé apenas mi cabeza tocó la almohada y al pasar de las horas, desperté.
Ya casi anochecía, me sentía incómoda al haber dormido horas con ropa ajustada. Decidí usar algo ligero e ir por algo de bebida.
Ya al regresar sentí mucha presión en el pecho y sin algún motivo decidí indagar sobre tu vida en internet.
Mucho solía decirme mi madre “El que busca, encuentra”. Pero no contó con que llevo los genes perseverantes y atrevidos de mi padre y la búsqueda continuó.
El internet te ofrece un sinfín de cosas tanto falsas como ciertas. Busque en más de 20 páginas sobre ti, análisis de estudio, redes sociales, fotos de promoción, casos jurídicos, datos personales, entre otros.
Pronto llegue al final de la cuerda y encontré mucho más de lo que esperaba. Al comenzar a leer las primeras 10 paginas era increíble todo lo que habías log
rado y confirmaban muchos datos tuyos, inclusive tus números de identidad. Hasta que llegué a un par de nombres tuyos que no coincidían en lo absoluto. Uno de ellos ya lo había escuchado pero y el otro?
Aquel que ventilaste al conocerte?
Raramente no existía, eras quien no suponía.
Conocí a un fantasma en un día y al darme cuenta, te creí. Creí en cada detalle de tu fantasía. Viví engañada de noche y de día. Te llamé por un nombre que no debía. Y realmente quien eras?
Quien era ese galante y apuesto joven que parecía llevarse bien con mi compañía?
Cerré la laptop y me cambié de prisa. Salí corriendo a fumar un cigarro en plena noche fría y calmar mis sentimientos perdidos. Con ansías de saber qué rumbo tomar y que decisión ejercer.
No podía imaginar que algo así sucedería, yo que tanto me cuidé en la vida para que un mosquito irreal y anónimo apareciera llevándose también mis días…
Han pasado algunas horas desde la noticia. Me siento cansada, aunque más tranquila que antes, pero aún anonadada.

Tuve mucho miedo y tomé la mejor decisión. Borrar tu historial de mi vida, añorando recuerdos de sonrisas y tardes embriagadas de alegría.

Esperando algún momento y lugar no volverte a cruzar jamás...