jueves, 24 de septiembre de 2009

Hablando en silencio.

Plumas negras de mi espalda,
como cabellos de mi cabeza caen.
He sido envenenado por tu amor,
creo morir al no sentirte.
No puedo apartar mis manos de mi cara,
tengo miedo de que me veas triste,
miedo que uses el antídoto de la lamentación
para parar de dañar más a este corazón.
Si tu amor es verdadero regresarás,
pero no por pena de mis lágrimas.

Si no vuelves es igual,
mi corazón más oscuro ya no puede estar.
Deambularé por mis pensamientos,
sonreiré cuando alguno sea bueno,
lloraré cuando el alud de penas me anegue
que será siempre que te recuerde.

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